10.9.09

Tiempo de goma


Mimí estaba destrozada cuando Marga entró por la puerta. Lloraba desconsoladamente sin poder casi atender las palabras de su amiga.

- Siento mucho lo de Gerardo, pero la vida sigue, Mimí, y además eres muy joven, mujer.

- No puedo con tanto dolor, se fué, Marga, y se fúe para no volver y no puedo dejar de recordarlo, ahy Marga....este dolor acabará por llevarme a mi también.

Mimí se aferraba al único retrato en color sepia que quedaba de Gerardo, sabiendo muy a su pesar, que no estaba sola, que ella era la que se sujetaba por delante y por detrás; pero quería alargarlo más, porque esa era la única manera de estar más tiempo al lado de Gerardo, en la nostalgia que le producía echarlo de menos, echarlo a un lado de su corazón y para siempre pero cúando empezar?.



Oswaldo Guayasamin- Ecuador 1998. "Torso desnudo"