Lo nuestro se acabó y no pude explicarte lo que mi corazón sentía, lo que ocurría dentro de mi aquél veintisiete de diciembre.
Te marchaste arrullado en rabia y dolor encerrándote en tu nido de egoismo y frustracción.
Sé que no hay posibilidad de volver a acariciarte, de volver a abrazarte.....sólo en la oscuridad de mis sueños.
Aún a pesar del tiempo, sigo pensándote, sigo recordándote, soñándote en silencio....y tu silencio es lo que me quema, lo que me mata y a la vez me da la vida.

Salvador Gil Ripoll 1957
"Dobles Parejas"