
Ha llegado el momento de hacer las maletas. Este jueves próximo emprendo rumbo a los Irlandas y la verdad no veo el momento de hacerla, he tomado la decisión de viajar y aprender inglés y eso es lo que me tira aunque ahora si hecho la vista atrás no soportaría la idea de que me dijeran que me tengo que quedar en España, es una sensación extraña. Recuerdo cuando hace 3 meses aproximadamene decidí embarcarme en esta aventura, sabía que cosas nuevas sucederían y algunas otras serían de total relevancia , pero que evidentemente sólo el tiempo te puede decir, porque sin lugar a dudas el tiempo es el que nos acompaña, el más fiel amigo y enemigo, qué le vamos a hacer.
Cuando tomas la decisión piensas que no llegará el día, vamos que si llega que en un abrir y cerrar de ojos estoy allí, porque todo llega, hasta el momento de hacer las maletas. Es importante para mi seleccionar los objetos que me acompañaran en este viaje, mi viaje. Hay personas que no saben que meter pero yo lo tengo muy claro, meteré todo lo necesario para no pasar frío, bien ordenado, colocado, primero los pantalones alguna falda, las camisetas o camisas, los pijamas seguidamente los jerseys y posteriormente el calzado. En los laterales de la misma, las bragas, sujetadores, calcetines y alguna media. He decidido no cargarme de potinges, esos que tanto nos gustan a las tias, jajaja porque prefiero comparlo allí. Si que es cierto que por un momento te lo llevarías todo, y cuando digo todo digo todo, tus amigos, tu familia, tu pareja (si la tuviera),tu casa, tu ciudad, tu pueblo, tu fiesta, tu todo pero no. Ahí radica la ilusión máxima de supervivencia y experiencia de toda esta aventura. Sobreviviendo a corazon abierto como dice mi "amiga blogera Loola". Bueno tal vez el la maleta material no puedo meter todo ésto pero el la maleta espiritual, en esa si que viajan, además, cuando llegue les haré un gran hueco en el armario para que tengan espacio suficiente y que puedan hacer su vida, en Irlanda, como yo, acompañandome, lejos pero cerca, cerca pero en la distancia, en la pesumbre de deshacer las maletas.