-Deja de disparar, nos han descubierto.
-Quieres decir que nos detendrán?.
-Quiero decir que o pensamos cómo salir de ésta o estamos muertos, entendiste, muertos.
Al mismo tiempo, Mimí tirada en la cama, en la cálida tarde de aquél 24 de agosto, recordó cómo Gerardo y ella se descubrieron por primera vez;
lo recordaba con tanta fuerza y dulzura, que no pudo resistir la tentación de llevarse sus delgados y largos dedos al filo de sus labios, moviéndolos como espigas mecidas por el viento.
Necesitó por un momento tener a Gerardo lo más cerca posible, y así fue.

Egon Shiele "Nu" 1910